04 mayo 2005

PODEROSO CABALLERO...es el fumeteo.

En este tan bonito mes en que iban a cumplirse dos años desde que dejé de fumar, he sido tan rematadamente tonta de volver a ello. Y me doy cuenta ahora más que nunca de la adicción que el tabaco supone: es una droga y lo demás son tonterías. Como bien decía Allen Carr (autor de la biblia del fumador: "dejar de fumar es fácil si sabes cómo" que incoherentemente aconsejo), en el momento en que la nicotina vuelve a llegarte a la sangre ese monstruo adictivo vuelve a habitar en ti. Fumé un puro y un cigarro en la cena de clase, otro pitillo en la fiesta de una amiga y, sin comerlo ni beberlo, me sorprendí a mi misma fumando con la mano temblorosa a la una de la mañana en mi habitación. Cual quinceañera ocultándose de sus padres o heroinómano enganchado, me dí cuenta esa noche de que volvía a entablar una amistad con el citado monstruo. Una amistad que, conforme la estás retomando, sabes que vas a tener que abandonar con los esfuerzos sobrehumanos que eso conlleva. Vuelta al mal olor a tabaco, a la búsqueda desesperada de fuego, a la necesidad de lavarse los dientes cada dos segundos, al desembolso de 2 euros diarios, etc. He tendido la mano al diablo y me la ha cogido.

4 comentarios:

María Ángeles Pérez Bescós dijo...

Cuando quieras, querida amiga, te enseño a poner fotos... Pero igual es demasiado complicado para tí si no has conseguido acertar mi adivinanza. Con el premio que tenía preparado...

Anónimo dijo...

Bueno, otra más que cae en la desdicha del tabaco, espero que esos pitillos que te fumes ahora te sepan a gloria, como para no dejar de fumar. Si no es así, el mejor consejo que te doy es que cortes ya¡¡¡ es decir, digas, mañana dejo de fumar, pues eso, dejar de fumar es fácil. Lo díficil es proponerselo...

Mirentxu dijo...

Y este sabio consejo viene de boca de... ¿...?...

Anónimo dijo...

¿?¿?¿??¿?¿?¿?¿?