14 mayo 2005

EL DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA NACIÓN

El otro día, cuando en mi casa estábamos viendo -bueno, para algunos estaba símplemente de fondo- este estupendo espectáculo que nos ofrecen nuestros políticos de turno, apareció en mi casa el mayor de mis sobrinos, Alvarico. Mi estado de indiferencia ante este peculiar "diálogo" que se da en el parlamento me llevó a acudir a la opinión del enano de seis años, que está hecho todo un catedrático y que, curiosamente, tiene la capacidad de dar respuestas con bastante más sentido que las altas instancias de este país -nación, plurinación, o lo que narices quiera ser, que ya ni en eso estamos de acuerdo-. Buscaba yo una opinión libre de prejuicios, de intereses, de connotaciones históricas. Le pregunté a ver quiénes eran esos. Y me dice: "ese es Zapatero". Después que quién era ese Zapatero y me contestó: "no sé...pero sale todo el rato en la tele". Enano, te voy a concertar una cita con la Sra.Cafarell. Luego le interrogué sobre ese peculiar lugar en el que se reúnen, que yo no sabía lo que era. Y me comentó: "tengo dudas...creo que es donde van todos los abogados, o todos los periodistas, no sé". Añadiría: o todos los payasos. Y su interrogante final fue rotundo: "oye, tía Miren, ¿por qué aplauden unos y silban otros? ¡parece un partido de fútbol de Osasuna!". Me quedé callada. Yo tampoco entiendo nada. NO TENGO LA RESPUESTA PARA ESTO, PEQUEÑO SABIO.

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