07 mayo 2006

LICENSE TO COM...


...decía la camiseta de la promoción de 2004 de Fcom. Y nosotros, allá por segundo, cuando salíamos de clase a las nueve de la noche y estudiábamos el Gombrich, y hablábamos todavía sobre la Escuela de Frankfurt y no sobre la hoja de desglose, cuando no sabíamos siquiera que existía la figura del productor en este mundo –algunos eran felices todavía…-, cuando fumábamos en la entreplanta e incluso donde fotocopias hasta que la “olfatos” nos reñía, entonces, entonces mirábamos admirados a esos privilegiados que compartían horario de facultad con nosotros y habían estado de prácticas en televisiones y radios. Y nos preguntábamos cómo narices habrían sobrevivido a tres meses veraniegos de informativos, delante de una cámara o en un locutorio. Eran semidioses. Sin habernos dado cuenta, este año hemos sido nosotros los observados e interrogados acerca del temible “cortometraje”, los que nos hemos paseado por la facultad, trípode en mano –o ¡pinganillo de plató!- , ante la mirada curiosa de las nuevas generaciones de fcom. Todavía me pregunto cómo hemos llegado hasta aquí. Cómo, tras haber aprendido qué es un punto de giro y unas cuantas cosas más, tenemos de un día para otro la “licencia para comunicar”. Un permiso que, sabemos, conlleva gran responsabilidad y nos hace plantearnos hasta qué punto hemos aprovechado estos años de formación. Hasta qué punto tenemos derecho a contar a miles de personas nuestros “mundos posibles”, a transmitirles nuestra visión sobre un hecho acontecido, etc. Sin embargo, como sabemos que todo derecho conlleva un deber y aunque, conscientes de que todavía nos queda mucho por saber, nos vemos con la ilusión para hacerlo. Y all'a vamos.