25 agosto 2006

Je suis heureuse

Una visita fugaz a mi querida Navarra, en palabras de los Príncipes, "tierra noble y fecunda", donde he podido recargar las pilas estando con toda mi familia (récord histórico, nunca en una semana había conseguido ver a todos los miembros), con no todos mis amigos -me han faltado ciertos grandes encuentros-, con Xavi, con Yanguas y Miranda, Pío XII, Cizur Menor, y tantas cosas que he aprendido a valorar en la distancia. Una distancia real, no como la de los veranos anteriores en que estaba en el extranjero y no tenía ganas de volver a pisar Pamplona, física, temporal, llena de contratiempos. Pero que tras llenar mis pulmones de aires hispanos -y humo de la movida madrileña, "qué noche la de aquel día"- esta ciudad tiene otro color, más aún contando con las circunstancias laborales que se dan actualmente: no está mi jefe, agosto no es exactamente el mes de más actividad de los altos mandos de la Unión Europea y, en consecuencia, trabajo sólo las ocho horas de rigor (conseguidas allá por las épocas de lucha por el sufragio universal).
La banda sonora de la película que protagonizo estos días, compuesta por Johnny Farnham, recuerda que "we have the power to be powerful believing we can make it better". Es la del anuncio de cocacola light de los aplausos -qué nostalgia, amigos de la facultad- y es que, realmente, no hace falta mucho para ser feliz. Sólo unos pocos ingredientes con los que cuento esta semana y que me hacen brindar esos aplausos allá arriba por darme una semana de tregua, aunque sepa que va a terminar en muy poco tiempo. Que me quiten lo bailao'.
Un despertar tardío (son las 8:30,¡Marta, me he dormido!), ducha rápida, zapatillas -porque no está el jefe-, vaqueros, camiseta y abrigo -sí, aquí ya no conocemos el calor-, todo desconjuntado y corriendo a por el bus. 5 minutos de espera y directa a Delta a coger el metro que, milagrosamente, ha llegado a la vez que yo: la vida es bella, señores. Una vez alcanzado Schuman, "bonjour, un pan au chocolat s'il vous plait", 8o céntimos, y corriendo a subir la Avenida Cortenberg cigarro en mano y, por qué no, bollo en boca y música en oido, ¿quién da más?. Un cordial "salut" a la de la recepción de mi edificio que, madre mía, cualquier día se nos pone de parto porque ya no cabe en la mesa, entrada veloz a Aquí Europa, cafecito en taza verde tipo "Friends" porque aquí no duermo mucho, y a saco con la noticia de la energía que ayer se me atravesó y que hoy he afrontado con éxito. Con la vuelta de Gema del briefing de la Comisión, cae en mis manos la noticia del arroz yanki, un día tarde, así que a volar, pero la entiendo y voy a poder contarla con decencia. Comida cronometrada (mis guisantes con jamón tampoco daban más de sí) y a terminar con el arroz transgénico. Corrección de ambas noticias: "miren, están bastante bien". ONCE AGAIN, LIFE IS BEAUTIFUL (por poco tiempo...). ¿Hay algo más que hacer? "Mira en el diario oficial a ver si ha salido esta semana alguna convocatoria". Ha salido; no obstante, frase providencial: acábala mañana, ahora vete a casa si quieres. SÍÍÍÍ!!. Unos recaditos para un cumpleaños cercano en la Rue Neuve, gofre para paliar el horario europeo de comer a la una y un largo etcétera de cosas de un día coronado con la guinda de una llamada de una hora a mi amadísimo "petit copain" para ponerle al día de mi exagerado apetito en Bruselas, de la historia con la ucraniana exaltada y demás.
"You're the voice try and understand it. Make a noise and make it clear. Whoa oh oh. We're not gonna live in silence. We're not gonna live in fear. Whoa oh oh"

05 agosto 2006

YOU TUBE

(Este vídeo tuvo que eliminarse para que el blog no se fuera a pique)