28 diciembre 2007

“Nunca te pongas del lado de alguien que vaya contra la familia”. Al Pacino


“¿Vives con tu familia?. Bien, porque un hombre que no vive con su familia no puede ser un hombre”.
Escuchas al jefe de la Conferencia Episcopal, o al del Vaticano de turno (sin acritud eh?) advirtiendo de que atacar el modelo de familia cristiana es ir en contra de la célula primaria de la sociedad. Teóricamente te parece estupendo. O no. Yo, de entrada, lo percibo así.
Por otra parte, cuentas con la experiencia de temporadas fuera de casa, sin familia y hogar, aquí y allá. Épocas felices, de momentos intensos, de mucho aprendizaje, reflexión, novedad, que echas de menos. Pones en duda, por tanto e inconscientemente, esas teorías.
Más adelante, imbuida en la rutina, el trabajo, la falta de tiempo, la gente buena que te sorprende por el mundo, la compra, la colada, los amigos, el novio, las llamadas a la familia, la fe (sí, metida en todo el lío), el pago de alquileres, risas, facturas, conocer a nuevas personas, y demás, paras de pronto en Pamplona, en casa, con tus hermanos, sus familias y tus padres y, claramente, el mundo deja de girar. Esto es la realidad, te dices. Con sufrimiento, sí, pero es la vida. O eso espero. Por mi trabajo, mi forma de ser, mis horarios, la ciudad en la que vivo -o llámalo X-, vivo en una especie de totum revolutum entre lo ideal y lo posible, que, creo, me hace perder el norte. A mí y a l 90% de los mortales, que estamos hechos de la misma pasta. Con todo, vuelvo a casa con El Almendro, y encuentro referencias de lo que puede ser la felicidad plena, en la que nunca falta sufrimiento ni sacrificio. Pero veo que está ahí, tan sencillo, tan accesible. Aun con todo...incapaz de forjarme un futuro así. So...¿qué les espera a los que ni siquiera han visto esto? Figuras paterna y materna: nada para sí, todo para el resto; incluido el pensamiento: siempre en los demás y, en primera instancia, en los hijos. Discutíamos el otro día en el piso: no creo que sea algo connatural a la paternidad; más bien, algo que depende de la forma de ser de cada uno. Mérito personal. Ser entregado no se improvisa, para nada. Eso nos gustaría a todos. Una vez más, la ignorancia el problema principal de este mundo que va, como decía Bosé, a la velocidad del rayo. Y aguanto un vuelo más, citando otra vez a Miguel, si me agarro de tu mano. De la mano de la esperanza, agarrada fuerte a la tradición, sin soltarme de la entrega de mis padres, pegadita a la inocencia del sufrimiento de los niños, y de la otra mano...el 2008, que -ojalá- nos sirva a todos para mejorar esta percepción de la vida que, a veces, sin darnos cuenta, nos pone en contra de la familia.