16 julio 2006

Primera incursión en la lavandería



La vida en Bruselas tiene una serie de aspectos surrealistas que merece la pena reseñar. Uno de ellos, la "laundry". Lo de tener una lavadora en casa parece ser un lujo secundario, al que se anteponen el internet inalámbrico y al televisión por cable. De ahí que, cada X tiempo, haya que cogerse mochilas e historias para ir con sábanas, toallas, ropas sucias y demás hasta dos manzanas más lejos de tu casa para meter la ropa en la lavadora, esperar media hora leyendo y, tipo las pelis, hablando con el de al lado. Lo que no pensábamos mi amiga y yo es que, tras una cervecita en el bar de enfrente para hacer tiempo, iban a cerrar la lavandería y sacarnos la ropa chorreando forzadamente sin dejarnos tiempo para meterla en la secadora. Así que tuvimos que montar un interesante chiringuito en nuestra casa -documentación gráfica aquí adjuntada- y dormir sin sábanas ni nada con mil jerseys esa noche. Y, otro asunto que merece la pena ser explicado es el "fenómeno basura". Aquí no existen los contenedores. Hay un día a la semana -diferente para cada calle- en el que puedes sacar tu bolsa de basura a la calle dejando un agradable hedor y bonito paisaje adornando la calle. Todo esto, claro, con bolsas específicas que hay que comprar previamente y que son bastante caras. Las españolas, que nos las damos de listas, pensamos "bueno, si no podemos más con el olor en la cocina (porque, de hecho, es horrible), bajamos un día por la noche y la dejamos tirada, ¿qué nos van a hacer?". Total que nos enteramos de que si no sale el culpable, ¡¡¡multan a todo el neighborhood!!!. En fin...como en España, en ninguna parte. Nuestros caseros se han ido hoy de vacaciones a Peñíscola, así que tenemos una casa gigante para nosotras: ¡venid a visitarnos!

06 julio 2006

Iruñarrak en el extranjero...¡VIVA SAN FERMÍN!


Cuando te levantas un día más en el corazón de la Unión Europea, con una autonomía tal que ni tienes a quien dar los buenos días, desayunas unos corn flakes porque es lo único que hay para comer, te duchas en un baño con ventanas que dan a todos lados y que te convierten en alguien algo nudista, vas a tu extraño armario y de pronto caes en que, sí, es 6 de julio, mueres. Es cuando vuelves a recordar que ese día no debería existir para los navarros que no pueden vivirlo in situ, que no puede darse una jornada de txupinazo a tantos kilómetros de distancia y en un lugar en que todo transcurre al margen de las fiestas de nuestro patrón. Que decides vestirte de blanco y rojo y nadie se percata del significado de tus vestimentas, y tienes que ser tú la que cuentas en el trabajo forzadamente que hoy, 6 de julio, empiezan los sanfermines. Con la consiguiente pregunta, por supuesto, de "¿pero San Fermín no es el día 7?". Y nadie termina de entender lo que signfica ese día para ti y se limitan a pensar que te da pena perderte tantos días de farra. Entonces es cuando, entre noticia y noticia, disimuladamente buscas en internet algún lugar en que poder ver la retransmisión en directo y encuentras una cutre webcam de la Plaza del Castillo que cambia de fotograma cada 60 segundos. Sin embargo, hay algún currela de márketing que, sin entender del todo tu pesar por perderte aquello, a las 12:01 entra en la redacción y te dice "pamplonica, ven corre que he encontrado un apaño". Consigues ver en youtube el directo de cnn news de la Plaza del Ayuntamiento y, gracias a Dios, no llegas a tiempo para oir al político de turno intentando suprimir a San Fermín, y sigues pensando que ha acontecido lo de siempre, y que el grito de guerra que te pone la piel de gallina e incluso te empaña la mirada ha sido el de "PAMPLONESES, PAMPLONESAS, ¡VIVA SAN FERMÍN! ¡GORA SAN FERMÍN!"