Aunque no haya cantado esa canción hoy y haya llegado a casa y sólo oiga la voz 'nodulosa' -esa sí q tiene problemas de garganta y no yo- de Paula Vázquez, puedo decir que he disfrutado MUCHÍSIMO en el concierto de Ricardo Arjona. Rodeada de toda la comunidad del otro lado del charco, el cantautor de Guatemala me ha permitido redescubrirl0 como el Sabina de Latinoamérica, con unas letras de las que te llevan a todo un mapa de sentimientos y experiencias conocidos.
Especialmente emotivo me ha parecido estar rodeada de todas esas personas que se encuentran a un océano de su tierra cuyos corazones laten al son de los metales de Arjona como si estuvieran recuperando su vida. Y yo con ellos, me he dejado la última cuerda vocal con "Si el Norte fuera el Sur" creyéndome la más anti-yanki.
En un día intenso donde los haya, de esos en que las noticias te destrozan incluso físicamente, gracias a mi amiga Ani, he dejado de lado -imposible, la vida sigue igual- mis preocupaciones, para unirme a todo un conglomerado de seres que, más que probablemente, entren en 6 horas a trabajar en sitios que no los merecen.
"No queda más que ir aprendiendo a vivir sólo, si te quedan agallas". Mataría por estar en Pio XII. Grande, Arjona.
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