29 septiembre 2005

Io sono il capone della mafia


De las tres ciudades visitadas durante nuestro periplo por la bella Italia me quedo, claramente, con Venecia. Increíble. Me pareció totalmente surrealista, una manera radicalmente nueva de concebir el urbanismo que, imagino, los cosmopolitas no considerarán tan sorprendente. Sin embargo, una mendas, que es de Cizur y no ha estado ni en Brujas ni el Nueva Orleans -que en paz descanse-, se rinde totalmente ante los encantos de esta ciudad italiana. La única pega: las palomas, esas ratas voladoras que poco a poco se están revelando contra la humanidad y que me impedían avanzar con tranquilidad por la plaza de san Marcos. Más bien parecía que esquivaba misiles porque, de verdad, se chocaban con la peña! No os digo más que que en el mismísimo Mc Donalds volaban palomitas de las narices entre nuestras hamburguesas y eso que era un recinto cerrado. Sólo tiene una explicación: Italia. Explicación que también excusa el que te dejes mil euros en un viaje de tren de tres horas y tengas que ir de pie todo el trayecto. Parece ser que nuestros amigos mediterráneos no saben que existe un límite de capacidad en sus trenes y que no hay que excederlo con la venta de entradas. De Venecia también convendría recordar el baño del superhotelazo de lujo Marte: una de bañito a lo katrina! Como nos duchamos después de q lo hicieran 1209480923 personas más, todo el cuarto estaba encharcado hasta la mitad de la espinilla. Sí, no exagero. Te quitabas la chancleta para quitarte el pijama y... salía a la superficie y se iba flotando!!Lo peor. Pero, "me atrevería a decir, eh, mariangeles" que VALIÓ LA PENA por: las chucherías de Nano, la rompebolsos, la soreille que no sabía inglés (pay now! pay now!), el bautizo filipino del que casi somos madrinas, el ragazzo de la consigna, la pava española que nos propuso ir de fiesta, el número 10 de Corso Como, la t- de Julieta, la amiga de majo que sabía italiano -je,je-, su cámara de fotos, la gorda vestida de rojo para su boda -qué representaba el color blanco??-, la surrealista noche en el aeropuerto, y tantas cosas que ahora no recuerdo pero que me demuestran, una vez más, que merece la pena vencer la pereza a la hora de organizar viajes-matada.

2 comentarios:

María Ángeles Pérez Bescós dijo...

Ahí estamos Mirentxu! Es que la vida universitaria me ha hecho aparcar lo divertido que fue nuestro corto pero intensísimo viaje. Verdaderamente, MERECE LA PENA!!

María Ángeles Pérez Bescós dijo...

Por cierto, el título del post, te lo has inventado?