02 abril 2005

Dzięki Wojityla

Qué impresionante me resulta pensar que ahora estarás viendo a Dios. Cierras tus ojos para siempre y de pronto...¿ los abres en el cielo?. Y no pienso que esto le suceda a todo el mundo, pero a ti, claramente,sí. Estarás ahora entrando por una puerta, no sé con qué físico, yo te imagino como cuando te ví por primera vez en persona, en 1995. A tu encuentro sale inmediatamente la Virgen, tu gran aliada, que te abraza con los ojos llenos de lágrimas de emoción. Después se acerca San Pedro y, de hombre a hombre, te aprieta la mano con decisión, orgulloso de que hayas cumplido excelentemente la labor de cabeza de la Iglesia. Todo esto, por supuesto, bajo la mirada de millones de personas que te hacen pasillo para que llegues hasta Dios, al que no sé cómo imaginarme, pero que seguro te dará un abrazo enorme sonriendo.

Así me imagino que se estarán sucediendo los acontecimientos. Nunca me había venido a la cabeza tan claramente una escena tal pero será porque nadie ha merecido tanto mi admiración como el Papa Juan Pablo II. Mi vida puedo dividirla en dos partes: antes y después de la Jornada Mundial de la Juventud en el 2000. No sólo por la impresionante semana que pasé en Roma ese agosto del año jubileo, sino por lo que me marcó aquel encuentro al que acudí con 16 años y "de vuelta de todo" y del que volví con una visión totalmente diferente del cristianismo. Se me ha quedado muy grabada, a fuego, algo que nos dijo el Papa pocos meses después en la carta "novo millenio ineunte"; no dudaba en pedirnos a los jóvenes una opción radical de vida: la de que fuéramos "centinelas de la mañana en esta aurora del nuevo milenio". Frase que, opino, no sólo tiene una belleza literaria enorme, sino también una fuerza inigualable.

Persona cultivada donde las haya, deportista, intransigente con lo que hay que serlo -sin importarle toda la polémica que fuera a levantar incluso dentro de la Iglesia-, pero transigente con las personas, queriendo incluso a sus enemigos, trabajador incansable, abierto, con puntazos de risa -los he comprobado personalmente-, alegre y ENFERMO -cosa que no ha ocultado-. Y es que fue un regalo; veo más claro que nunca que una persona enferma es un gran tesoro, grandísimo.Todo porque un día fue valiente y dijo que sí a Dios, y depués renovó diariamente esta entrega. Y era, a fin de cuentas, un chico normal, una persona como nosotros; pero venía de una tierra con raíces cristianas y de un ambiente ajeno al consumismo, que cuánto daño está haciendo hoy a la gente que se cree buena.

Va a ser duro y extraño tener un Papa que no seas tú, que no esté enfermo, que sea joven... no lo concibo. Pero no te querríamos radicalmente si no nos fiáramos ahora totalmente del que vaya a salir, que, a fin de cuentas, será elegido por designio de Dios. Así que, por favor, ya basta de conjeturar sobre posibles mafias dentro del vaticano, etc, etc, etc. Si eres católico, no tiene sentido que veas esto con ojos humanos, y si no lo eres, no sé por qué te incumbe la elección del Papa.

Bueno, ahora desde el cielo podrás conocernos personalmente y "comentar la jugada" desde allí. ¡Tengo un aliado más por ahí arriba! Mis abuelos y mi tía ya se van a encargar de hablarte mucho de esa loca bajita que, hace poco, me dijo que tú también llevabas una cánula, que eras muy amigo de los niños, y que te podían "decir muchas cosas y las hacías". A ver si es verdad...claro que sí.

Este año es el primero en muchos que no te he visto. Aprovecho para gritar aquí ¡UNIV, VIVA EL PAPA! ¡JUAN PABLO, SEGUNDO, TE QUIERE TODO EL MUNDO! o ¡JOHN PAUL TWO, WE LOVE U!

Por creer en nosotros. Por ser EL ejemplo. Por no ocultar el dolor y la enfermedad, te tomamos el testigo . GRACIAS, SANTO PADRE.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bueno miren, espero que sigas así con este blog que tanto bien puede hacer a quién lo lea.

Mirentxu dijo...

sí, pero...¿quién eres?

Anónimo dijo...

Genial. No tengo otra palabra para definirlo. De verdad, es cojonudo. Ahora bien, ahora tampoco te creas aquí la hija de Cervantes eh?HIALL

Anónimo dijo...

genial. No tengo otra palbra para definirlo. De verdad, es cojonudo. Ahora bien, ahora no te creas la hija de Cervantes eh?

Jugador de billar 1

Anónimo dijo...

nio ma

Anónimo dijo...

miren no marees tanto por la facultad, y con tu polo blanco...

Y podrías haber ido a Roma!!!

ah... además el grupo de roma está cerrado al público por lo que no podrás introducirte jamas!!,

jejeje.

Todo es plan bromilla... o no

Anónimo dijo...

Miren, el blog genial!!! No sabía este lado literario tuyo... entre guiones y planos nos estamos atontando... te acuerdas??
un besito