03 febrero 2005

"Goyas adentro"

¿Alguien tenía alguna duda sobre el triunfo abrumador que iba a tener la película de Amenábar en la ceremonia de los Goya? Si Vd. es un buen director de cine -como lo es Amenábar, o lo era, vamos- haga una película a favor de la eutanasia, del laicismo, de la homosexualidad, del feminismo abortista a ultranza, del no a la guerra o en contra de Bush, y en el cine español le aseguramos unos cuantos premios Goya, como está mandado. Y es que parece ser que hay que ser así de "progre" para hacer cine en el panorama de este país, de ahí que toda la producción nacional esté tintada de un tono lúgubre, pesimista, triste y desesperanzado.
Pero bueno, la razón de mi entrada de hoy no es criticar al cine español sino mostrar una carta que leí en el Diario de Navarra -qué nerviosa me pone que la gente de fuera que viene a vivir a Pamplona se dedique a criticar con tópicos este periódico de tirada LOCAL, recuérdenlo- y que me hizo pensar mucho. La escribe un chico que ha tenido esquizofrenia. Leedla, merece la pena
La eutanasia es un tema delicado, pero no por ello hay que pensar sobre ella de forma ambigua. Yo entiendo que hay gente que no soporte su vida y entiendo que haya gente que quiera suicidarse. Esto me es familiar porque yo mismo he padecido una enfermedad mental que me ha llevado a pensar durante largos períodos de tiempo, de no días, ni meses, sino años, en la muerte, en quitarme de en medio por pura desesperación y angustia. Recuero largas noches de insomnio maquinando de forma fría en dónde me podría esconder para lanzarme al tren y verme varios amaneceres acercarme a la estación de Renfe con la moto para estudiar el terreno. También recuerdo tener la escopeta de caza de casa cargada en mis manos, apuntarme y tener una conversación con la muerte, sudoroso mientras acariciaba con el dedo el gatillo. Dije a muchas personas que lo único que quería era morir.
A mí, los suicidas no me parecen cobardes. Estuve ingresado numerosas veces en plantas psiquiátricas y conocí mucha gente en situaciones límite que quería morir. Una planta psiquiátrica es un foco bestial de sufrimiento humano y varios de los colegas míos se suicidaron. Pero, ¿qué pasaría si un médico entrara en una de estas plantas psiquiátricas anunciando que tiene inyecciones letales para los que se lo precisen? Que varios de los enfermos pedirían morir ese mismo día. ¿Y qué pasaría si este médico diese antes una charla sobre el derecho a morir cuando uno lo desea y después pusieran el filme Mar Adentro de Amenábar? Entonces posiblemente asistiríamos a un suicidio colectivo.
Algunas veces me he encontrado con antiguos colegas de ingreso y me ha sorprendido ver a muchos de ellos completamente recuperados. Una vez encontré a uno en un bar de copas y charlamos amigablemente. Cuando lo conocía se le caía literalmente la baba de la boca y ahora era un tipo de trato normal. Mientras recordábamos cosas del pasado levantó el brazo y observó unas marcas blancas en la muñeca producidas por los cortes en un antiguo intento de suicidio. Entonces se puso triste y me dijo: "menos mal que no lo conseguí". Yo mismo, a pesar de tener una enfermedad crónica, me he recuperado, y ahora tengo unas ganas rabiosas de vivir. No sólo trabajo con completa normalidad sino que he escrito dos libros que me han publicado. He resurgido de mis cenizas, pero si alguien me hubiera proporcionado una pastilla de cianuro en algunos momentos de mi vida, os aseguro que me la hubiera tomado.
¿Que alguien quiere morir? Lo entiendo, pero que no espere que yo le facilite la forma de hacerlo. Es mejor ayudarle que matarle. Pero ¿por qué algunos se empeñan en promover el suicidio? ¿por qué no dejan en paz a los paliativos que hay actualmente, reales, con nombres y apellidos, acostados en hospitales y casas particulares? ¿Por qué no reconocen la vida de estos héroes que llevan con dos cojones su situación?
Antes de hablar de la película he querido apuntar mi experiencia. Ahora digo mi opinión y es que Mar Adentro es completamente un canto al suicidio que a mí no me ha aportado nada positivo. El director ha ridiculizado tambíen de una forma que transparenta un odio difícilmente contenido hacia la Iglesia católica y considero que el tratamiento psicológico de una persona que quiere suicidarse está mal hecho. A Amenábar le considero un excelente director de cine, pero me gustaría preguntarle una cosa: ¿qué quieres conseguir dirigiendo este tipo de películas? No creo que se puedan lanzar mensajes de forma gratuita como lo hace. Sus películas crean opinión a nivel nacional e internacional y lo único que está haciendo es crear un clima que perjudica a la getne que lucha contar situaciones mucho más trágicas de las que pone él en la pelícual.
Miguel González Purroy "Urbegi" Autor de "Diario de un esquizofrénico" y "La esquizofrenia: diario de un viaje".

1 comentario:

Anónimo dijo...

No me extraña que tengas pocas visitas. No te haces nada de publicidad. Acabo de enterarme de la existencia de este blog, y te veo casi todos los días.
Lo de los comentarios no te extrañe. No ponen más que problemas para escribirlos.
La carta que comentas merece la pena difundirla. Es un DIEZ.